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Aunque el riesgo es bajo, hay evidencia creciente de que los alimentos pueden ser contaminados por productos químicos nocivos de algunos tipos de plástico. Muchos alimentos están empaquetados en estos plásticos arriesgados, que incluyen carne fresca, queso gourmet e incluso algunos alimentos saludables y verduras orgánicas.
De hecho, el plástico como tal no es un problema. Las moléculas de polímero desde las que se hace son demasiado grandes para moverse del material de envasado a la comida. Pero el plástico también puede contener moléculas mucho más pequeñas que son libres de migrar a los alimentos. El plástico en sí puede descomponerse lentamente, liberando monómero u otros productos químicos se pueden agregar al plástico para darle las propiedades mecánicas correctas. Dos plásticos de particular preocupación son:
Policarbonato: a menudo se usa para hacer contenedores y botellas de almacenamiento de alimentos, y la resina epoxi se usa para alinear latas. Puede liberar bisfenol A (BPA), un químico que muchos expertos ahora creen que puede causar graves problemas de salud.
PVC: se usa para hacer botellas, una envoltura adhesiva y los sellos para frascos de tornillo de tornillo. Por sí solo, PVC es duro y rígido (se usa para hacer desagües, canalones y pipas), por lo que se agregan productos químicos adicionales llamados plastificantes para que sea suave y flexible, de la misma manera que el agua agregada a la arcilla lo hace suave. Los plastificantes pueden representar hasta el 40% del material de plástico. Los ftalatos y el aceite de soja epoxidados (ESBO) a menudo se agregan como plastificantes al PVC que se usa para el envasado de alimentos. Una vez más, una investigación reciente plantea dudas sobre la seguridad de estos compuestos.
BPA y algunos ftalatos son disruptores endocrinos, lo que significa que pueden imitar las hormonas naturales del cuerpo y, por lo tanto, causar una serie de problemas de salud. Los bebés y los muy jóvenes son más vulnerables a la exposición debido a su menor peso corporal y debido a que su crecimiento y desarrollo están fuertemente influenciados por las hormonas, los efectos sobre la salud pueden incluso toda la vida. Estos efectos se han visto de manera clara y consistente en experimentos con animales, y cuando las personas o la vida silvestre se han expuesto accidentalmente a altos niveles de disruptores endocrinos.
Si bien estos compuestos son indudablemente peligrosos a altos niveles de exposición, la opinión científica se divide sobre el riesgo de los niveles mucho más bajos a los que estamos expuestos todos los días en nuestros alimentos. Sin embargo, existe una evidencia científica creciente de que incluso en estos niveles más bajos de exposición, los ftalatos y el BPA pueden estar causando problemas como infertilidad, obesidad, cáncer de mama, cáncer de próstata, enfermedad cardíaca y diabetes.
Como resultado, es esencial buscar un proveedor confiable que proporcione de alta calidad Contenedores de plástico para alimentos que emitirá productos químicos no o menos dañinos. No se preocupe solo por el dinero y elija esos contenedores de alimentos de plástico de baja calidad, ya que pueden afectar su salud. Recuerde, solo mediante el uso de productos de plástico de alta calidad, se pueden reducir los riesgos de daño a la salud.
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