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El diseño y la construcción de recipientes para alimentos juegan un papel importante en la determinación de la vida útil de un producto alimenticio. La selección correcta de materiales y tecnologías de envase y embalaje mantiene la calidad y frescura del producto durante la distribución y el almacenamiento. Los materiales que se han utilizado tradicionalmente en envases de alimentos incluyen vidrio, metales (aluminio, láminas y laminados, hojalata y acero sin estaño), papeles y plásticos. Además, se ha introducido una variedad más amplia de plásticos tanto en formas rígidas como flexibles. Los envases de alimentos de hoy en día a menudo combinan varios materiales para aprovechar las propiedades funcionales o estéticas de cada material. A medida que continúa la investigación para mejorar los envases de alimentos, los avances en el campo pueden afectar el impacto ambiental de los envases de alimentos.
Los plásticos se fabrican mediante polimerización por condensación (policondensación) o polimerización por adición (poliadición) de unidades monoméricas. En la policondensación, la cadena polimérica crece por reacciones de condensación entre moléculas y va acompañada de la formación de subproductos de bajo peso molecular como agua y metanol. La policondensación involucra monómeros con al menos dos grupos funcionales como alcohol, amina o grupos carboxílicos.
Mientras que, en la poliadición, las cadenas de polímeros crecen por reacciones de adición, en las que dos o más moléculas se combinan para formar una molécula más grande sin liberación de subproductos. La poliadición involucra monómeros insaturados y los enlaces dobles o triples se rompen para unir cadenas de monómeros.
En términos generales, hay varias ventajas en el uso de plásticos para alimentos Contenedor de plástico y embalaje. Fluidos y moldeables, los plásticos se pueden convertir en láminas, formas y estructuras, lo que ofrece una considerable flexibilidad de diseño. Debido a que son químicamente resistentes, los plásticos son económicos y livianos con una amplia gama de propiedades físicas y ópticas. De hecho, muchos plásticos son termosellables, fáciles de imprimir y pueden integrarse en procesos de producción en los que el envase se forma, llena y sella en la misma línea de producción. Sin embargo, la principal desventaja de los plásticos es su permeabilidad variable a la luz, gases, vapores y moléculas de bajo peso molecular.
Más duro, más denso y más transparente que el polietileno, el polipropileno tiene una buena resistencia a los productos químicos y es eficaz para bloquear el vapor de agua. Su alto punto de fusión (160 °C) lo hace adecuado para aplicaciones en las que se requiere resistencia térmica, como recipientes para alimentos llenos en caliente y aptos para microondas. Los usos populares incluyen envases de yogur y tarrinas de margarina. Cuando se usa en combinación con una barrera contra el oxígeno, como el alcohol etilenvinílico o el cloruro de polivinilideno, el polipropileno brinda resistencia y barrera contra la humedad para las botellas de salsa de tomate y aderezo para ensaladas.